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La serie VIERNES DEL RECUERDO incluye artículos previamente publicados. Porque a veces vale la pena volver a leer, o por si se le habían pasado por algo.
¿Qué impactos tienen el dinero digital y las criptomonedas en la profesión de contadores y auditores?
Por efecto de la implementación de las tecnologías de la cadena de bloques, el uso extendido de las criptomonedas y las variaciones de los valores de mercado de éstas, se abre paso el dinero digital. Algunos gobiernos están tomando acciones concretas, como es el caso de China, si bien en Occidente la regulación de esta actividad todavía está en ciernes.
En este contexto, la profesión de contadores y auditores es claro que tiene futuro, pero éste no se encuentra en la prestación de servicios personales ni en la concentración de funciones en una sola persona. Así como la diferenciación entre patrimonio familiar y patrimonio profesional llevó al fortalecimiento del ejercicio profesional a través de firmas y redes de firmas, ahora el impacto de las tecnologías digitales obliga a pensar y actuar en términos de plataformas profesionales.
Este blog ha incursionado en estos temas
Varias veces he hecho en este blog algunos análisis de estas cosas.
En Blockhain. ¿Adiós a los auditores? (2017) hice referencia a cómo la cadena de bloques constituye una tecnología que está transformando muchas cosas, incluso las profesiones de contadores y auditores.
En Las criptomonedas son ‘otro efectivo’ (2017) insistí en la importancia que tiene diferenciar entre la tenencia de las criptomonedas y las transacciones en criptomonedas. Insistí en la necesidad de medirlas a valor razonable.
En La transformación digital tiene límites (2019) comenté que la colaboración tiene la clave para esa transformación.
En Activos digitales, contratos de inversión y valores (2019) mostré cómo la contaduría digital está en acción.
Criptomonedas
Lo relacionado con las criptomonedas está, en el presente, ganando más impulso (tracción), por diversas razones.
Los movimientos relacionados con Bitcoin están haciendo que el mercado se agite, con aumentos considerables en el valor, pero también, por las caídas en los mismos. El manejo que Tesla le ha dado ha sido un factor importante en ello al invertir (y luego ‘congelar’ las inversiones) y al no recibir pagos en bitcoins. Otros grandes inversionistas también han incursionado en criptomonedas.
Si bien ello acapara titulares de prensa, hoy está claro que Bitcoin es un modelo viejo de criptomonedas. Tal y como Jared A. Brock lo muestra en Bitcoin and Ethereum Are Dead (And Their Honest Investors Know It), tanto Bitcoin como Ethereum son ‘del pasado’ y los inversionistas lo saben:
BTC was 1.0.
ETH was 2.0.
ADA (proof-of-stake) and NXS (quantum resistance) are 3.0.
Others will follow.
Porque, debe resaltarse, la clave para ello está en los avances que está teniendo la tecnología de respaldo, esto es, ‘la cadena de bloques’.
Quizás estos factores pesen mucho más que los movimientos de mercado que realizan Tesla y otros, los cuales, ciertamente, afectan el valor de Bitcoin, pero también ‘abren caminos’ (o mejor aún, ‘segmentos de mercado’) para otras criptomonedas.
En el presente, con las criptomonedas hay dos preocupaciones centrales: la alta afectación negativa del medio ambiente, y el potencial para actividades ilícitas.
La primera, que son ‘horribles’ para el medio ambiente. Según Brock están generando 22+ millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año, el equivalente al que emiten 6.7 millones de carros. Si Bitcoin fuera un país, sería el 9º. más grande consumidor de electricidad en el planeta. Con un consumo anualizado de 130.73 TWh [130 terawatt-hora por año]. Un terawatt-hora es energía suficiente para operar durante un año una ciudad de 200.000 personas. Si a estas cifras se les agregan los consumos de las otras criptomonedas, se llega a cifras que realmente son muy preocupantes. ¿Se justifica tan alto poder de computación? Alta afectación negativa del medio ambiente.
La segunda preocupación central relacionada con las criptomonedas es el potencial para actividades ilícitas, principalmente de lavado de activos. La seguridad transaccional ciertamente resta transparencia para la vigilancia, lo cual hace que fácilmente sea usada para actividades al margen de la ley.
Preocupa que los expertos en cumplimiento y los luchadores contra la corrupción todavía no hayan abordado fuertemente estas problemáticas. Pero ciertos movimientos de mercado y las distintas oscilaciones de los valores de las criptomonedas abren espacios importantes para considerar su potencial.
Desde el punto de vista financiero, está claro que las criptomonedas son costosas y no constituyen cobertura alguna contra la inflación.
Su regulación es incipiente. En Colombia, por ejemplo, en diciembre de 2020 la Superintendencia Financiera inició un proyecto piloto (Arenera), sujeto a condiciones y requerimientos, de cuyos resultados dependerán avances ulteriores. Su contabilidad y su auditoría, por lo tanto, también están en ‘fase de experimentación’.
A nivel internacional las cosas son bastante diferentes.
Un artículo de BBC News Mundo, publicado el 19 de mayo de 2021 con el título de La "bofetada" de China a las criptomonedas que hizo desplomarse al bitcoin, anota que:
“El precio del bitcoin ha caído por debajo de los US$34.000 este miércoles por primera vez en tres meses, luego que China impusiera nuevas restricciones a las criptomonedas.
El gigante asiático prohibió el martes que las instituciones financieras y las empresas ofrezcan servicios relacionados con transacciones de criptomonedas”.
El efecto bitcoin ha sido contagioso para otras criptomonedas.
El artículo que se comenta agrega que:
“El comercio de criptomonedas ha sido ilegal en China desde 2019 para frenar el lavado de dinero, según ha sostenido el gobierno. Sin embargo, las personas aún pueden hacer transacciones con monedas como el bitcoin en línea, algo a lo que se opone el gobierno de Pekín”.
Lo regulatorio tendrá, entonces, que trasladarse al ciberespacio, si de verdad se quiere una lucha efectiva contra el lavado de dinero y contra la corrupción.
También en mayo de 2021, eFINTECHTALK, en un artículo titulado The Crypto Economy Tales dice que los cambios que se están derivando alrededor de esto no constituyen una tontería solo para los servicios financieros. Lo que hay detrás del futuro de la criptoeconomía implica a Internet como modelo de negocios:
“Si bien se habla mucho y hay algún entendimiento de cómo Crypto cambiará la fábrica de servicios financieros y cómo Bitcoin puede convertirse en oro digital, lo que no se comprende bien es que Crypto y Blockchain son tecnologías fundamentales que darán forma al modelo de negocio de Internet, incluido el negocio actual de búsqueda, redes sociales (Google, Facebook, etc.) y negocios de plataformas (Uber, Amazon, AirBnB, etc.)”.
Ello, porque la promesa de la criptoeconomía es democratizar los modelos de monetización que tiene Internet. Estos modelos han evolucionado a través de varias etapas: (1) Compartir documentos, (2) Comercio electrónico, (3) Usted como un producto, (4) Plataformas digitales, y (5) Criptoeconomía. Seguramente el proceso continuará en nuevas direcciones que hoy todavía no se perciben.
eFINTECHTALK anota que los siguientes cinco elementos constituyen los ejes de la tendencia del presente:
The Beginning of Unlearning [El comienzo del desaprendizaje]
Empowerment of the Unbanked [Empoderamiento de los no bancarizados]
Tokenization of Assets [Tokenización de activos]
Unbanking the Banked [Desbancar a los bancarizados]
Non-Fungible Tokens [Fichas no fungibles]
Digitalización del dinero
El 19 de mayo de 2021 el Bank for International Settlements (BIS) publicó el BIS Working Paper No. 941 que tiene por título The digitalization of money [La digitalización del dinero]. Sus autores son Markus K Brunnermeier, Harold James y Jean-Pierre Landau. Su resumen dice [la traducción es mía]:
“La continua revolución digital puede llevar a una desviación radical del modelo tradicional de intercambio monetario. Es posible que veamos una separación de los roles del dinero, creando competencia más feroz entre las monedas especializadas. Por otro lado, las monedas digitales asociadas con grandes ecosistemas de plataformas pueden llevar a una reagrupación del dinero en el que se empaquetan los servicios de pago con una variedad de servicios de datos, fomentando la diferenciación, pero desalentando la interoperabilidad entre las plataformas. Las monedas digitales también pueden causar una alteración del sistema monetario internacional: los países que estén social o digitalmente integrados con sus vecinos pueden enfrentar dolarización digital, y la prevalencia de plataformas sistémicamente importantes podría llevar al surgimiento de áreas de moneda digital que trasciendan las fronteras nacionales. La moneda digital del banco central [Central bank digital currency (CBDC)] asegura que el dinero del público continúe siendo la unidad de cuenta relevante.
Se trata de un documento importante que muestra la dirección de hacia dónde están yendo estas cosas.
Cambios sustanciales relacionados con intercambio monetario, roles del dinero, monedas especializadas, monedas digitales, ecosistemas de plataformas, servicios de pago, dolarización digital, moneda digital del banco central. Vendrán más cambios.
Parece que China ha entendido ello y está liderando la transformación, con impactos importantes tanto para el dólar como para las criptomonedas.
El renminbi (RMB), de la China, conocido formalmente como pagos electrónicos en moneda digital [digital currency electronic payments (DCEP)] es, a la fecha, el sistema de dinero digital más avanzado que, reconociéndose está reinventando el futuro, en el largo plazo amenaza tanto al dólar estadounidense como a las criptomonedas. Si bien puede ser el futuro del dinero, algunos consideran puede ser una amenaza a la estabilidad global. En todo caso, actualmente es la moneda digital nacional de una economía importante.
Enrique Dans, en un artículo publicado por Forbes con el título de China’s Digital Currency Is About To Disrupt Money responde a la pregunta de cuál es la importancia de que China sea la primera economía importante del mundo que lance una moneda digital.
“En primer lugar, ampliamente elimina la capacidad de Estados Unidos para imponer sanciones y bloqueos basados en el sistema de transferencias SWIFT, que controla, así como también para obtener información acerca de esas transacciones. Beijing ve el movimiento como una manera para incrementar su soberanía monetaria, protegiéndola de las decisiones de Washington”.
Agrega que una de las ventajas importantes que tiene es su lucha contra el fraude:
“Por otra parte, el sistema le ofrece al gobierno de China control total sobre las transacciones en un sistema de anonimato controlado que les permite conocer qué cantidades están siendo movidas y dónde, permitiendo investigaciones cuando se detecten patrones fraudulentos”.
Interesante analizar más a fondo lo de anonimato controlado el cual, si se une a la introducción de fechas de expiración de las transacciones con monedas digitales, podría ser un factor adicional para el control de la economía. En otras palabras, una política monetaria que no sea expansionista (cfr. ‘emisión de moneda’).
Lo que en el presente no se tiene claro es si la moneda digital China fracturará las finanzas globales y cuáles serían tanto las consecuencias de ello como los nuevos escenarios. Porque se espera la respuesta de Occidente.
Contadores y auditores
Aunque para algunos esto pueda ser de ciencia ficción, lo cierto es que se trata de procesos que están avanzando con una dirección clara.
Impactan, de manera directa, factores macroeconómicos que tienen consecuencias importantes para los manejos microeconómicos. Por lo tanto, horizontes nuevos para la contabilidad, la presentación de reportes (financieros y no-financieros), el control interno y la auditoría, tanto la auditoría interna como la auditoría independiente de estados financieros.
Por eso valió la pena recordar artículos míos anteriores en los que hice referencia a contadores y auditores. Los vínculos le permiten al lector acceder a ellos.
Llamo la atención, una vez más, que la prestación de servicios profesionales se originó a la prestación de servicios directos (profesiones liberales), pasó a la prestación a través de firmas profesionales (individuales y redes de firmas), y ahora avanza hacia prestación a través de plataformas profesionales.
La profesión de contadores y auditores está claro que tiene futuro promisorio. Pero ese futuro no está en la prestación directa de servicios personales ni en la concentración de funciones en una sola persona. El impacto de las tecnologías digitales obliga a pensar en términos de plataformas profesionales.
Ciertamente, requerir que el revisor fiscal haga control de fiscalización de estas cosas cae en el terreno de lo absurdo, más aún cuando se pretende que una sola persona natural tenga las facultades (las responsabilidades y las obligaciones) para hacerlo.
Lástima que el Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) y sus comités de reforma no estén analizando estas cosas y sus consecuencias. Están pensando en el pasado y no encaran el futuro que está llegando.
Buscar soluciones para el pasado, o del pasado, no sirve para enfrentar las nuevas realidades.
En todo caso, vale la pena estar atentos a estas cosas para evitar que, por estar dormidos, y mirando en otra dirección, los cambios que ocurran se conviertan en pesadillas.
Publicado originalmente en mayo de 2021