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Por Jim Peterson: El capital privado canta el canto de la sirena: Respuestas de Grant Thornton
Documento original: Private Equity Sings the Siren's Song; Grant Thornton Answers
Siempre es un placer ser huésped del Francine McKenna's Substack, The Dig. Este es de marzo 18 sobre una historia donde los desarrollos serán importantes:
La firma de contabilidad estadounidense Grant Thornton, séptima más grande de las redes globales, anunció el 15 de marzo que estaba vendiendo una participación mayoritaria a la firma de inversiones New Mountain Capital.
Por qué fue escogida esa fecha probablemente seguirá siendo un misterio. Sin embargo, la invocación que hace Shakespeare de los Ides of March [idus de marzo] para dramatizar el sangriento asesinato de Julio César en el foro romano sugiere una comparación: Grant renuncia a su estructura tradicional de asociación con la deslumbrante gestión de la oración fúnebre de Marco Antonio:
¡Oh juicio! Has huido hacia las bestias brutales,
Y los hombres han perdido la razón.
Como los socios/propietarios de Grant Thornton – la última y más grandes de las firmas de nivel medio en acoger el capital privado – renuncian a su condición tradicional para volverse empleados, es hora de elogiar, no de enterrar, los molestos desafíos para mantener el profesionalismo cuando los CPA aceptan las cadenas doradas del capital externo.
¿Dónde Grant Thornton gastará el dinero? ¿Cuáles son sus verdaderas ambiciones?
El anuncio mismo es una ensalada de palabras, el epítome del lenguaje empresarial. Se hace referencia a “calidad” seis veces en siete parágrafos, “estrategia” cinco, y “valor” tres. El liderazgo de Grant no proporciona detalles sobre las ofertas de servicios ampliadas que serán financiadas con la nueva riqueza. En lugar de ello, se apega a la variedad notoria, y es mejor conservar la flexibilidad para reclamar como éxito cualquiera que sea lo que el futuro depare.
Una inferencia sólida sería, sin embargo, que la expansión de la práctica de auditoría de Grant es altamente improbable. Hay una lista cada vez más larga de empresas más pequeñas que se retiran de las auditorías de las compañías que cotizan en bolsa en Estados Unidos. La firma del Reino Unido de Grant Thornton ha ido reduciendo su presencia en el sector de las compañías grandes (aquí y aquí). En el año 2018, específicamente dijo que ya no estaba interesada en auditar compañías grandes listadas del Reino Unido. Lo mismo se debería asumir para los Estados Unidos, dado que las compañías multinacionales requieren redes globales interconectadas para prestar sus servicios de auditoría.
Esto lleva incluso al observador casual a concluir que sus ambiciones de crecimiento – basado en lo que el Financial Times dice que fuentes conocedoras denominaron “botín de guerra para las inversiones” – están centradas en el posible espectro de los servicios de consultoría que no-son-auditoría.
Recuérdese que el recientemente fallado intento de separar las prácticas de auditoría y consultoría de EY – el desafortunado Project Everest – estuvo animado por la agresiva ambición de los consultores de EY que soñaron con billones a cambio por lanzar una IPO de la práctica de consultoría. (No habría sido la primera vez que EY monetizó su práctica de consultoría en los últimos veinte años.) Lo que alimentó la caída de la desventura de Everest fue la ausencia de soluciones para al menos dos partes de la arquitectura necesaria. Se dice que en el proyecto de Grant Thornton se incluyen las respuestas a ambos desafíos: provisiones para los derechos de pensión de los socios, y “estructuras alternativas de la práctica” separadas para los auditores y los consultores.
Todo esto sugiere al menos el indicio de una agenda más profunda – que el capital externo para los socios de Grant Thornton, que EY falló en conseguir, podría ser un pago inicial para la estrategia de separación. Esa posibilidad actualmente no es visible e incluso es probable que sea negada, pero quizás está en el horizonte en la visión de al menos algunos de los defensores del acuerdo.
No es una idea loca. La práctica de auditoría modestamente escalada de Grant Thornton sería un atractivo socio de fusión para otra firma de nivel medio lo suficientemente audaz para ver un futuro en la práctica tradicionalmente estructurada, mientras que una consultoría independiente respaldada por un ángel inversionista libremente podría buscar su propio camino hacia posibles crecimiento y prosperidad.
Sin embargo, la preocupación sería legítima por un gusano que asecha esta manzana edénica. Hay una desdichada historia anterior con las “estructuras de práctica alternativas”, por ejemplo, principalmente la breve convivencia de H&R Block con McGladrey. Y la SEC ha advertido acerca de las estructuras de práctica alternativas y las inversiones de capital privado en las firmas de contaduría pública, en general:
… como algunas firmas de contabilidad pueden estar considerando cambios a sus estructuras de capital y de la firma, nosotros esperamos que las firmas de contabilidad mantengan como su prioridad principal centrarse en su función vital de guardianes.
Las métricas usuales que orientan el modelo de capital privado no se alinean cómodamente con el deber de los auditores para con el público y las obligaciones para con los accionistas de la compañía pública. El ejercicio de prudencia, escepticismo e independencia de los auditores no encajaría bien con las motivaciones de sus nuevos propietarios para buscar y explotar oportunidades de inversión cuyo valor pueda ser desbloqueado mediante reducciones de costos, enajenaciones y reducciones de personal.
También sueña extraño que el boletín de prensa de Grant Thornton describe el nuevo acuerdo con New Mountain Capital como “sujeto a aprobación regulatoria”. Esto, porque ni la Securities and Exchange Commission ni la Public Company Accounting Review Board tiene competencia o cualquier registro de intromisión en la estructura, organización, o actividad de fusiones y adquisiciones de las firmas de auditoría que operan bajo su vigilancia. ¿Quizás el comentario estaba relacionado con el rol de las juntas estatales de contabilidad/contaduría?
Alternativamente, se podría hacer referencia a las leyes federales de valores y a las reglas de SEC/PCAOB sobre independencia, particularmente las que involucran prohibiciones de líneas brillantes sobre intereses financieros en clientes de auditoría por parte de las firmas mismas y su personal asociado y entidades relacionadas y afiliadas.
De ser así, sería un disparo de advertencia para New Mountain Capital, porque esta nueva inversión junto con su inversión de abril 2022 en la firma Citrin Cooperman establecería un vínculo triple para las preocupaciones de deterioro de la independencia.
Seguramente haría templar los nervios de los reguladores al pensar que el sector del capital privado, cuyo negocio mismo es la identificación de ventajas financieras y económicas de otra manera subestimadas, le colocaría en un rol de propiedad dominante de firmas que se benefician del mandato contenido en las leyes de valores que proporciona una franquicia protegida para quienes están licenciados a prestar auditorías para las compañías públicas. Considere las tentaciones – el auditor conoce las fortalezas, y más importante aún, sus debilidades – inherentes en el acceso de las firmas de auditoría a todo el esqueleto y trapos sucios y, también, la existencia de esos tarros de galletas financieros. El valor que para un inversionista tiene el mirar detrás de las cortinas de la confidencialidad del auditor sería enorme, y bastante preocupante para atraer la atención regulatoria. Los llamamientos al buen comportamiento serían seguidos por la ira oficial a posteriori cuando se descubran los inevitables errores.
Finalmente, sin embargo, esta versión actual de la lengua de plata de Marco Antonio puede contener una ironía digna de su retórica fingida. Esto es, durante años ha quedado claro que ni las opiniones tradicionales de los auditores ni sus extensas redes de asociaciones interrelacionadas a nivel de los países son robustas para responder a las necesidades actuales de los mercados de capital del mundo.
Esto último se manifiesta en la carencia de interés del capital privado mismo en lo que el auditor hace. El primero radica en el clamorante entusiasmo del público por formas diferentes y extendidas de presentación de reportes y de aseguramiento, más dramáticamente en el área cripto y ahora en el área abierta de la sostenibilidad. La vacilación de la SEC respecto de reglas para las revelaciones del riesgo climático, lo que generó demandas tanto de los defensores como de los fieros críticos por más revelación, muestra que ni los estándares ni el enfoque para el aseguramiento están listos para el horario de máxima audiencia.
Y, sin embargo, durante años he estado insistiendo en que el capital externo será un elemento necesario para que el aseguramiento sea apto para propósitos futuros (en mi blog, Re:Balance, ir a agosto 7, 2011, y en mi libro, Count Down: The Past, Present and Uncertain Future of the Big Four Accounting Firms, Emerald Books, 2d ed. 2017). No predije que el capital privado fuera la fuente. Pero, al mismo tiempo que su aparición – para financiar los deseos de las firmas de contabilidad para ampliar aún más los servicios – deslegitima aún más las definiciones tradicionales que sustentan el profesionalismo largamente aceptado de la función de auditoría, la consecuencia es permitir que nuevos servicios realmente respondan a las necesidades del mercado.
En otras palabras, Grant Thornton puede – guste o no – estar mostrándonos la forma del futuro.
[Traducido por SAMantilla con autorización del autor].