Samuel’s Newsletter es un boletín electrónico por suscripción. Usted está recibiendo su suscripción gratis. En un futuro habrá una versión de pago. Si usted quiere apoyar mi trabajo, la mejor manera es enviar a sus contactos y relacionados este boletín. También, le agradezco sus comentarios. Juntos podemos tener mejores perspectivas de análisis y opinión.
La serie VIERNES DEL RECUERDO incluye artículos previamente publicados. Porque a veces vale la pena volver a leer, o por si se le habían pasado por algo.
La lucha contra el cambio climático y los esfuerzos por prácticas e información relacionada con ESG [environmental, social and governance = ambiental, social y gobierno], así como los procesos orientados a la presentación de reportes de sostenibilidad tienen dos caras.
Una, ampliamente positiva, busca ‘reverdecer’ [green up] todas las actividades humanas, en un esfuerzo para detener el cambio climático, pero también para asegurar la sostenibilidad de la vida (humana y animal) y la supervivencia de las generaciones futuras. Se le identifica con ‘el Bien’.
Otra, muy negativa, busca ‘lavar verde’ [Greenwashing], ocurre cuando las organizaciones promueven credenciales ambientales para sus productos y servicios que están materialmente infladas o incluso en contradicción con su desempeño. El uso de los reportes de sostenibilidad para estos fines es una práctica que comienza a ser identificada con la corrupción y empieza a ser enfrentada. Ello ha conducido a identificar y medir el riesgo de lavado verde [greenwashing risk], así como también a enfrentarlo.
Ello hace que los estándares IFRS de Sostenibilidad que emitirá la ISSB (actualmente en proceso de discusión pública) den origen a nuevos estándares y prácticas de aseguramiento, expresamente definidos para estos nuevos estándares y no se pretenda que los tradicionales ISA/NIA sean trasladados porque sí (lo cual ayudaría al lavado verde).
Dada la importancia que los servicios financieros tienen para la economía en todos los sectores y ámbitos, principalmente mediante préstamos e inversión, la destinación de éstos hacia compañías y productos ‘verdes o lavados-de-verde’ empieza a ser escrutada desde diversas perspectivas.
En la industria de servicios financieros, hay presiones por y esfuerzos hacia productos financieros verdes, esto es, que tengan etiqueta-de-sostenibilidad.
Las prácticas profesionales de aseguramiento de la información, generalmente asociadas con la profesión de los contadores, empiezan a ser analizadas a fondo a fin de impedir que se presten al lavado verde. El ser contador y el aplicar estándares de aseguramiento no es garantía suficiente para ello: sus reportes deben resistir el escrutinio proveniente desde diversos sectores, algunos de ellos muy politizados, otros fuertemente basados-en-la-ciencia.
En Colombia, por ejemplo, los bonos verdes y la taxonomía verde están ganando impulso y son objeto de regulación.
Alexandria Fisher, Manager, Sustainable Finance, Global Risk Institute, publicó en este mes de abril de 2022 un reporte titulado How to Distinguish the Good from Greenwashing: Greenwashing Risk in the Canadian Market and Mitigation Measures for Financial Institutions [Cómo distinguir entre el Bien y el Lavado verde: el riesgo de lavado verde en el mercado canadiense y las medidas de mitigación para las instituciones financieras].
Se trata de un reporte importante porque reconoce que:
“A nivel global Canadá es el mercado de crecimiento más rápido para los productos de finanzas sostenibles. Los niveles altos de relativamente nueva demanda del inversionista por productos ESG, unido al enfoque de Canadá, basado-en-principios, para la regulación del mercado, ha llevado al alza un mercado dinámico e innovador para las finanzas sostenibles. Subsiguientemente, también está en aumento el riesgo de lavado verde”. [Traducción de SAMantilla]
Más aún, este reporte vale la pena ser tenido en cuenta porque ayuda a identificar el riesgo de lavado verde.
El reporte cubre tres áreas principales: (1) Orientadores [drivers] del lavado verde, (2) Tipos de riesgo de lavado verde, (3) Cómo detectar el lavado verde, (4) Cómo mitigar el riesgo de lavado verde, y (5) Conclusión.
Con relación a los orientadores o direccionadores del lavado verde anota el crecimiento de los grandes mercados financieros ESG (más de US$53 trillones en activos en administración, según cifras de Bloomberg). Esos grandes mercados están en Europa, Estados Unidos, Japón, Canadá y Australia / Nueva Zelanda. América Latina todavía no puntúa en el tema.
Si bien se dispone de reglas ‘antilavado verde’ y otras regulaciones, el ritmo de éstas no alcanza a seguirle el paso al crecimiento de tales mercados.
Por tratarse de un reporte centrado en las instituciones financieras, los tipos de riesgo de lavado verde que identifica son: riesgo de litigios/responsabilidad, riesgo financiero, y riesgo reputacional.
Al referirse a cómo detectar el lavado verde, señala que se fomenta que las instituciones financieras discutan de manera abierta los desafíos que surgen del lavado verde e intenten tomar mejores decisiones, más informadas, acerca de ESG y sostenibilidad. Ofrece una tabla que presenta los indicadores clave del lavado verde, agrupados por temas:
Desalineación entre las posturas públicas de las compañías sobre los problemas de ESG y las actuales operaciones internas, estrategias, y administración del riesgo.
Uso de lenguaje y terminología vagos y conducentes a engaño.
Declaraciones de desempeño que carecen de acción.
Complementa esta tabla con un ejemplo del riesgo de lavado verde en el mercado canadiense de deuda sostenible.
Recomienda que para evitar el lavado verde las afirmaciones (aseveraciones) del emisor/compañía tienen que:
· Estar fundamentadas y respaldadas por evidencia.
· Ser veraces y exactas.
· Ser claras y redactadas sin ambigüedad, de manera que los consumidores las encuentren transparentes, sencillas y fácilmente entendibles.
· No pueden omitir u ocultar información importante/material/relevante que se necesite para tomar decisiones informadas.
· Ofrecer comparaciones razonables y significativas.
Como parte de las acciones para mitigar el riesgo de lavado verde señala algunas acciones que las firmas pueden tomar hoy para desarrollar un fundamento sólido contra el riesgo de lavado verde: (1) diligencia debida, (2) talento de ESG, (3) controles y procesos internos, (4) gobierno y liderazgo, (5) compromiso de la contraparte, y (6) tecnología para monitoreo y analíticas.
Como parte de su conclusión anota:
“Si bien el lavado verde ofrece desafíos para los inversionistas, puede ser combatido a nivel de la firma con educación para mejorar la alfabetización en ESG/sostenibilidad, incrementada diligencia debida, y fuertes controles y procesos internos; y a nivel sistémico mediante mejores datos, incrementada revelación corporativa, desarrollo de estándares claros para productos ESG de inversión y préstamo, e incrementada vigilancia regulatoria que balancee el crecimiento y la innovación”. [Traducción de SAMantilla]
Como puede observar el lector de estas líneas, se abren horizontes para la profesión contable, siempre y cuando entienda de manera clara y ejerza de manera transparente, que su experticia tradicional en la auditoría de estados financieros (según ISA/NIA) no es trasladable al aseguramiento de la información relacionada con ESG y mucho menos con los estándares IFRS de sostenibilidad.
Entender la complementariedad entre los estándares IFRS de contabilidad (emitidos por IASB) y los estándares IFRS de sostenibilidad (emitidos por ISSB) será un desafío adicional.
Por eso debe dársele la bienvenida al esfuerzo de la ISSB en la formación de un grupo de trabajo conformado por varias jurisdicciones para mejorar la comparabilidad entre los borradores para discusión pública, de ISSB, sobre las revelaciones de sostenibilidad y las iniciativas jurisdiccionales. A la vista estándares globales. Lástima que ello no se entienda en Colombia y, en lugar de adoptar los estándares y las prácticas internacionales, se siga insistiendo estérilmente en adaptar los estándares a las conveniencias de reguladores y normalizadores locales.
La lucha contra la corrupción tiene un nuevo frente: el riesgo de lavado verde. Ojalá no ganen, una vez más, los corruptos disfrazados de verde.
Publicado originalmente en abril de 2022