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Por John Hughes – Hallazgos significativos de auditoría, o: ¡Nunca es suficiente!
Documento original: Significant findings in audit, or: it’s never enough!
Regulador de la auditoría dice que las firmas de contabilidad todavía se están quedando cortas, anunció el titular de un reciente artículo de Globe and Mail.
Esto es algo de lo que dijo:
Por segundo año consecutivo una de las Cuatro Grandes firmas de auditoría de Canadá tiene un número importante de problemas en su trabajo, encontró el regulador nacional de la industria.
En su reporte de mitad de año publicado el jueves, la Canadian Public Accountability Board, que vigila las firmas que auditan compañías que se negocian públicamente, dijo que la firma anónima de las Cuatro Grandes tuvo “hallazgos significativos” en cuatro de siete archivos de auditoría de compañías que la CPAB había inspeccionado hasta ahora. No dará satisfacción al objetivo de la CPAB de que una firma de auditoría tenga hallazgos significativos en menos del 10 por ciento de sus auditorías del 2023 examinadas. La misma firma también falló en lograr el objetivo en 2022.
Un hallazgo significativo quiere decir que una firma de contabilidad no ha cumplido con los estándares de auditoría aceptados para una parte material de los estados financieros de una compañía, y tiene que regresar y realizar trabajo adicional para respaldar su opinión de auditoría. Los hallazgos más significativos requieren que la firma de auditoría lleve a cabo procedimientos adicionales para determinar si la compañía del cliente tiene que reexpresar sus estados financieros debido a error material. La CPAB dice que hasta ahora ha habido una reexpresión en 2023; en 2022, hubo siete reexpresiones.
La CPAB no está revelando el nombre de la firma problemática de las Cuatro Grandes - Deloitte LLP, Ernst & Young LLP, KPMG LLP y PricewaterhouseCoopers LLP – citando las determinaciones de confidencialidad de la ley que en 2006 estableció el cuerpo supervisor. La CPAB ha comenzado a nombrar firmas que están bajo acciones que hacen forzoso el cumplimiento, pero ninguna que tenga un problema con hallazgos importantes.
Además, el reporte de la CPBA es tan discreto en tales materias que se limita a referirse tímidamente a las “cuatro firmas de auditoría más grandes de Canadá”, sin siquiera recordarnos los nombres. No es que ello importe, dado que la información no es exactamente lo que usted denominaría “llevable a la acción”. Incluso si supiéramos la firma en cuestión, difícilmente proporcionaría una base para desconfiar de todos los reportes de auditoría firmados por esa entidad, e incluso si uno adoptara esa postura, ¿cuál sería la consecuencia de que uno debería evitar (o al menos ajustar su fijación del precio) tomando cualquier participación en las entidades subyacentes? El reporte parece más o menos equivalente a gritar que hay un incendio en alguna parte, pero entonces se niega a decir dónde o qué tan grande es, y mucho menos si está ardiendo en un lugar cercano a cortinas inflamables.
Esto refleja ampliamente las delicadas y tensas negociaciones bajo las cuales la CPAB fue formada hace algunos veinte años, una época de enorme preocupación por la calidad de la auditoría (fue una de un paquete de iniciativas a menudo referidas colectivamente como construir “confianza del inversionista”): en aquel entonces, si recuerdo correctamente, el centro de atención estuvo más en un enfoque cuasi colaborativo para mejorar la calidad de la auditoría que en la transparencia y la culpabilidad (por ejemplo, una historia de Globe and Mail de 2008, titulada “Piecemeal System Hampers Watchdog” [El sistema fragmentado obstaculiza la vigilancia], señaló varias preocupaciones y restricciones que dan forma al trabajo de la CPAB). No hay duda, pienso yo, que la existencia de la CPAB ha inyectado una estructura y un rigor adicionales necesarios en el universo de la auditoría canadiense, pero está igualmente claro que la ecuación costo-beneficio (al igual que todas esas ecuaciones) no se puede mantener al alza por siempre. El uso de “quedarse cortas” en el reciente titular sugiere que la perfección, o algo cercano a ella, es un objeto razonable, que cualquier otra cosa es inherentemente “problemática”. Pero cuando uno considera las múltiples presiones y tensiones que operan en el modelo de auditoría (expectativas por salarios altos, competencia extrema por personas y expectativas cambiantes por el balance trabajo-vida a nivel de ingreso, la creciente complejidad de los estándares de contabilidad y de las transacciones y modelos a los cuales son aplicados, los cambios constantes en la tecnología y los riesgos asociados, la volatilidad del entorno global en el cual todo esto tiene que ser valorado, etc., etc.), tales expectativas parecen tremendamente poco realistas, y contraproducentes a la hora de aumentar la presión orientada-al-cumplimiento que hacen que la auditoría sea menos atractiva como carrera profesional.
Quizás deberíamos considerar, si bien solo como un experimento mental, que el defectuoso modelo de auditoría podría estar funcionando tan bien como siempre, y que la conversación en torno a él necesite ser modificada y desescalada de acuerdo con ello. Incluso a veces según sus propios criterios, a veces no está claro del reporte de la CPAB acerca de qué deberíamos estar indignados: por ejemplo, el caso citado en el que “La prueba de los ingresos ordinarios identificó múltiples casos de transacciones que requerían corrección por el emisor que reporta, pero el equipo del compromiso no entendió las razones para las correcciones” podría leerse de diferentes maneras. Tal y como previamente abordé, KPMG recientemente opinó que “La Inteligencia Artificial nunca reemplazará a las personas, y KPMG siempre tendrá conocimiento humano en el lazo de la auditoría”. Si bien generalmente tiendo a estar de acuerdo con ello, también es posible que las exageradas expectativas de auditoría solo ayudarán a privar aún de más personas, en últimas haciendo que la Inteligencia Artificial sea parte del lazo necesariamente más prominente de lo que realmente nadie desea…
Las opiniones expresadas son solamente las del autor.
Esta traducción no ha sido revisada ni aprobada por el autor.