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Por John Hughes – La calidad de las auditorías, o: ¿Recompensa por el fracaso?
Documento original: The quality of audits, or: reward for failure?
Los auditores no lograron dar la alarma antes de que el 75% de las corporaciones del Reino Unido colapsaran, anunció el título de un reciente artículo del Financial Times.
Esto es algo de lo que dice el artículo, escrito por Simon Foy:
Las firmas de auditoría no lograron dar la alarma antes que tres cuartos de las grandes corporaciones del Reino Unido colapsaran desde el año 2010, de acuerdo con investigación, planteando preocupaciones de que los auditores están fallando en realizar una de sus funciones centrales.
Tres de cada cuatro reportes de auditoría fallaron en proporcionar alertas de que compañías, que en últimas fracasaron, estaban en riesgo de ir a bancarrota mediante proporcionar una “incertidumbre material relacionada con empresa en marcha” en el año anterior al colapso, de acuerdo con un reporte publicado el lunes por el Audit Reform Lab, un grupo de expertos de la University of Sheffield.
Los auditores están requeridos a incluir una alarma de empresa en marcha si consideran que hay un riesgo de que la compañía puede ir a bancarrota, más que hacer una predicción de que así será…
“Hay serias preocupaciones de que los auditores no sean lo suficientemente exigentes”, dice el reporte. “De 250 compañías liquidadas, 38 declararon dividendos en su último conjunto de ellas. 10 de ellas lo hicieron a pesar de tener pérdidas, y dos… lo hicieron a pesar de reportar una pérdida y tener un saldo negativo del activo neto, lo cual es un fuerte indicador de riesgo de insolvencia”.
El artículo concluye citando el reporte tal y como sigue: “Hasta tanto que la cultura de la auditoría sea reformada y esté en funcionamiento un regulador nuevo y más efectivo, los socios de las firmas de auditoría seguirán cosechando enormes recompensas financieras, a pesar de los continuos fracasos de las auditorías que dañan la confianza de los negocios y nuestra economía en general”.
El artículo de FT también cita el reporte que señala que el pago promedio del auditor de las Cuatro Grandes aumentó casi un tercio hasta £872,500 entre los años 2020 y 2022. Aunque en general, el resumen que el FT hace del artículo se centra más en el lado “fracaso” que en el lado pago, y por lo tanto parece como un resumen altamente imperfecto del reporte subyacente mismo, comenzando con la omisión de su título completo: Reward for failure: The paradox of audit partners’ record payouts amidst poor audit quality [Recompensa por el fracaso: La paradoja de los pagos récord de los socios de auditoría en medio de una pobre calidad de la auditoría]. Considere los siguientes pasajes tomados del reporte:
… las Cuatro Grandes en general, proveedores de múltiples servicios que generan la mayoría de sus utilidades a partir de honorarios de no-auditoría donde mantener buenas relaciones con los clientes es la condición sine qua non para futuros ingresos. Los servicios de auditoría son proporcionados con base en que ‘el cliente paga’. Por lo tanto, puede haber fuertes desincentivos basados-en-honorarios contra proporcionar robustas auditorías que puedan molestar a los clientes y dañar negocios futuros de no-auditoría.
… La estructura de asociación de las grandes firmas de auditoría y contabilidad crea una segunda renta posicional que produce grandes diferenciales de recompensa y experiencia dentro de la fuerza de trabajo de la auditoría. Los socios de auditoría son pagados a partir de residuales de la asociación, los cuales se causan principalmente a partir de ingresos de no-auditoría, al tiempo que se benefician de la protección de la responsabilidad limitada. Dado que los socios son responsables por la vigilancia de las auditorías, esto puede crear un conflicto de intereses que abre adicionales ‘espacios de oportunidad’ para el fracaso de la auditoría. Estos riesgos crean un efecto de ‘Russian Doll’ [‘Muñeca rusa’]: que la corporación puede extraer rentas de las cabinas de peaje de la economía, y los socios pueden extraer rentas de las cabinas de peaje de su corporación. Por lo tanto, las grandes compañías de contabilidad que ofrecen todos los servicios pueden simplemente tomar rentas de los peajes de las posiciones de auditoría sin desempeñar el rol económico vital de vigilar la mala práctica contable.
Esta situación sugiere que la separación legal de las funciones de auditoría y de no-auditoría sería el punto de partida para la futura reforma. Los conflictos de intereses que surgen del modelo de que el cliente-paga, de igual manera, crean problemas. Sin embargo, ambos serán políticamente difíciles de ejecutar. Por lo tanto, algunos fracasos de la auditoría pueden ser mitigados por una cultura de auditoría guiada por una misión fuerte, incrustada en sistemas de educación, entrenamiento y representación profesional. Éstos actualmente son deficientes. La misión de la auditoría es confusa – está demasiado centrada en si se están siguiendo las reglas contables arcanas y llenas de lagunas, al tiempo que ignoran si los outputs de esas reglas equivalen a una representación verdadera y justa de la posición económica de las corporaciones. Esto va unido a un enfoque de marcar casillas que va en contra de los principios del juicio profesional y del necesario escepticismo que se requiere para hacer forzoso el cumplimiento de la prudencia. La auditoría, en mayor o menor extensión, se ha convertido en una forma de administración que disminuye la condición profesional de los auditores.
Para resumir, el objetivo del reporte no es tanto que las auditorías sean deficientes, sino que la estructura actual hace prácticamente imposible que no lo sean. El punto acerca de la misión “confusa” de la auditoría se alinea con los comentarios que a menudo he realizado acerca de la mentalidad excesivamente orientada-al-cumplimiento que ace que la contaduría profesional sea menos atractiva para los nuevos participantes. Sin embargo, el enigma que el reporte pasa por algo con su referencia a la dificultad política es que el análisis tiende a sugerir que a los auditores (al menos quienes están en la coma) naturalmente se les debe pagar menos de lo que actualmente se les paga, lo cual solo disminuiría la competitividad percibida de la profesión de auditoría, e incluso haría menos probable que se puedan satisfacer las expectativas que prevalecen sobre la calidad de la auditoría (estén infladas o no). De todos modos, vendrán más cosas sobre esto. +
Las opiniones expresadas son solamente las del auditor.
Esta traducción no ha sido revisada ni aprobada por al autor.