¡Que los contadores sean contadores!
¿Podrá evolucionarse desde una contaduría necesaria hacia una que sea valiosa?
¿Podrá evolucionarse desde una contaduría necesaria hacia una que sea valiosa?
De acuerdo con mi entender, las posibilidades no tienen límites. Se hace necesario que, personal y colectivamente (como profesión) seamos capaces de encontrar el camino correcto que permita agregar valor sin ser absorbidos por la jungla híper real de normas y más normas. Por una contaduría que sea valorada (porque agrega valor) y no necesaria (porque es obligatoria).
Reinventarse: de necesaria a valiosa
El pasado 12 de febrero de 2023 dos contadores con reconocimiento internacional, el uno desde la orilla académica y el otro desde la práctica profesional, realizaron un diálogo interesante que me ha llevado a compartirlo con ustedes y explorar las consecuencias que se derivan.
Jack Castounguay, profesor asistente de Hofstra University, una universidad privada de New York, y vicepresidente de desarrollo de contenido estratégico de Surgent Accounting and Financial Education, escribió en su cuenta de Twitter [@profjackc]:
La profesión contable está en su momento Blackberry. Puede innovar, adaptarse y cambiar para adaptarse al momento, o mantenerse en servicio hasta que se vuelva irrelevante... Tenemos la capacidad de innovar y reinventar la profesión. ¿Lo haremos? [Traducción de SAMantilla]
Le respondió KeithKauffman, CPA, CFE, con sede en Scottsdale, Arizona, Estados Unidos, en su cuenta de Twitter [@KeithSKauffman]:
En mi opinión, hace una década hemos superado el momento blackberry. Tenemos que ir más allá de innovar, adaptar, etc. La profesión necesita reinventarse a sí misma de los servicios a la tecnología, a la concesión de licencias, etc. [Traducción de SAMantilla]
Interesante cómo interpretan de manera diferente el momento blackberry [Blackberry moment], el cual se conoce como un momento que es impredecible y está fuera de nuestra rutina normal. En otros términos, podría definirse como un evento disruptor de la actividad profesional y todos sus componentes.
Este diálogo deja ver cómo algunos sectores consideran que a contaduría todavía no le ha llegado la disrupción y, por lo tanto, con tranquilidad ‘podemos seguir en las mismas’, centrados exclusivamente en lo fiscal/tributario, pero considerando que somos capaces de hacer de todo y ser competitivos en todo. En este contexto se considera que la profesión de los contadores es necesaria (porque sus servicios son obligatorios, requeridos por la fuerza de la ley y el reglamento, orientados al cumplimiento normativo), lo cual no deja ver su valor dado que los esfuerzos que se realizan solo están orientados a generar mejoramientos incrementales que, en el fondo, refuerzan el status quo. ¿Qué pasaría si fuera eliminada la obligatoriedad legal de tales servicios?
Mientras tanto, otros sectores consideran que hace rato ocurrió la disrupción (‘hace más de una década’) y que ahora es el momento de reinventarse. Desde esta perspectiva, la profesión de los contadores necesita volverse valiosa, porque captura y entrega valor, pero, más aún, porque su valor es percibido por los usuarios de sus servicios. El valor que percibe el cliente es el valor que el cliente está dispuesto a recompensar más allá del precio que paga por los servicios recibidos.
Claro está, no faltará quienes, de manera simplista, digan que la profesión de los contadores es simultáneamente necesaria y valiosa. Eso es fácil decirlo. Sin embargo, en la práctica ello no ocurre así.
El caso colombiano no escapa de esta problemática. En el proceso (¿actualmente estancado?) hacia una nueva reglamentación de la profesión contable colombiana Hernando Bermúdez describe esa problemática de la siguiente manera:
… debe asegurar que los contadores sean contadores y no una carrera paralegal, como la quieren hacer muchos funcionarios del Estado, especialmente los de las superintendencias, quienes piensan que esos profesionales deben asumir, por cuenta de su patronos o clientes, algunas de las tareas que corresponden al Estado y no a los particulares.
Paralegal conlleva reforzar la obligatoriedad y anclar la profesión en que sus servicios son necesarios, pero no valiosos. Jack Castounguay pregunta ¿lo haremos? dado que es decisión (y acción) de la profesión reinventarse para agregar valor.
Enseñando en dirección al mañana
Ciertamente en la base de la transformación desde necesaria hacia valiosa está la educación de los contadores actuales y de los candidatos a la profesión.
En relación con estas cosas, Loreal Jiles [vicepresidente de investigación del IMA, miembro del comité de soluciones de tecnología y prácticas del IMA, y miembro del San Gabriel Valley Chapter del IMA], el 1 de junio de 2022 publicó en el Strategic Finance Magazine del Institute of Management Accountants, un artículo que tituló Teaching Toward Tomorrow [Enseñando en dirección al mañana].
Anota de manera clara que, si bien las mayorías ejercen como contadores gerenciales [también conocidos como contadores administrativos, contadores de gestión: Managements Accountants] los currículos de enseñanza están centrados en formarlos como contadores públicos (auditores, en práctica externa, independiente):
Agrega que mientras ello no se cambie, la profesión no podrá tener éxito.
Propone que la educación como contadores gerenciales se base en la certificación CMA (Certified Management Accountant) que ofrece el IMA (Institute of Management Accountants), que, fundada hace cerca de 100 años, es la asociación mundial de profesionales de contabilidad y finanzas en negocios.
Muestra ejemplos de programas universitarios que han modificado sus currículos alrededor de las temáticas de la certificación CMA.
Esta propuesta es sana y práctica. Es coherente con el Código de Ética para Contadores Profesionales, emitido por IESBA [International Ethics Standards Board for Accountants], pero no está incorporada en los Estándares/Normas Internacionales de Educación que emite la IAESB (International Accounting Education Standards Board). Éstos, como se verá adelante, están sesgados hacia la contaduría pública, quizás por el peso que en IFAC ejercen las firmas de auditoría.
Personalmente me gustó la afirmación central que hace Loreal Jiles y que luego desarrolla hacia la contabilidad gerencial.
Tal afirmación central está contenida en dos parágrafos:
La mayor parte del currículo de pregrado en contaduría prepara a los estudiantes para carreras en contaduría pública a pesar de los millones de personas en la fuerza de trabajo global de contaduría que tienen roles de contabilidad gerencial. En los Estados Unidos, por ejemplo, el U.S. Bureau of Labor Statistics reporta que más del 75% de los 1.4 millones de profesionales que se identifican como contadores y auditores están empleados por la industria, el gobierno, o por instituciones sin ánimo de lucro. Esto es, entregan valor desde dentro de las organizaciones que apoyan, más que a partir del punto de vista externo (i.e., contaduría pública) – en esencia, son contadores gerenciales.
El rol de la contaduría pública de ofrecer aseguramiento independiente mediante un compromiso para proteger el interés público vía auditoría y otros servicios de auditoría nunca ha sido más importante que ahora, y nuestra profesión tiene que continuar desarrollando este conjunto fundamental de habilidades. Pero no tenemos que invertir en su desarrollo a expensas de sentar los fundamentos para los roles que una clara mayoría de graduados de contaduría es probable tendrán en sus carreras.
[Traducción de SAMantilla. Las negrillas no son del original]
Esta problemática, que señala es de Estados Unidos, claramente es igual en nuestros países latinoamericanos donde los programas de contaduría enseñan de todo (con bastante superficialidad) y habilitan para dar fe pública en todas las situaciones (Cfr. La ley 43 de 1990 de Colombia y los intentos de una nueva reglamentación).
Mientras esto no cambie, el énfasis estará en una profesión que es necesaria (servicios obligatorios por requerimiento de las leyes y reglamentos), pero no valiosa. Mientras los clientes no perciban el valor, está claro que no van a pagar sino el mínimo obligatorio (¿tarifas profesionales?) y eso, porque les toca.
Por eso me gustó el título del artículo de Loreal Jiles que yo traduzco como Enseñando en dirección al mañana y que reinterpreto como enseñar hoy para un mañana que ya llegó. Porque en estas cosas quien menos ayuda es el reloj. La reinvención debe hacerse ahora. Porque si no se hace corremos el riesgo de desaparecer y ser reemplazados por otros profesionales (¡O por nuevas tecnologías!).
Estándares internacionales de educación
Se dispone de IES (International Education Standards) [Estándares/Normas Internacionales de educación] para contadores, emitidos por la IAESB (International Accounting Education Standards Board).
Sin embargo, los IES en la práctica (académica y profesional) ayudan poco:
La última versión disponible es la emitida en noviembre de 2019, si bien actualmente se dispone de una interesante E-Tool.
Buscan avanzar la educación, pero no han tenido suficiente acogida: no convencen ni a la comunidad académica (que privilegia la autonomía universitaria y las eternas discusiones respaldadas por variados autores y escuelas), ni a las firmas profesionales (éstas acuden a los programas propios de entrenamiento y certificación, centrados en las habilidades y destrezas para ejercer). Los diálogos son únicamente con amigos.
Actualmente se dispone de ocho IES, organizados de la siguiente manera:
Ingreso al programa de educación en contaduría:
o IES 1: Ingreso al programa
Contenido del desarrollo profesional inicial para aspirantes a contadores:
o IES 2: Competencia técnica
o IES 3: Habilidades profesionales
o IES 4: Valores, ética y actitudes profesionales
Aplicación y valoración del desarrollo profesional inicial para aspirantes a contadores:
o IES 5: Experiencia práctica
o IES 6: Valoración
Desarrollo y mantenimiento de habilidades y competencia mediante el desarrollo profesional continuado
o IES 7: Desarrollo profesional continuado
o IES 8: Competencia del socio del compromiso de auditoría
El IES 2 Competencia técnica refleja la tendencia de ese sector que considera el contador debe saber de todo con un nivel de proficiencia (= educación + experiencia) intermedio (con excepción de economía, para el cual requiere solo nivel básico) que, en la práctica, se queda en lo superficial. No dice en cuáles competencias el contador debe tener nivel avanzado de proficiencia.
Las áreas de competencia que señala son:
Contabilidad y presentación de reportes financieros
Contabilidad gerencial
Finanzas y administración financiera
Tributación
Auditoría y aseguramiento
Gobierno, administración del riesgo y control interno
Leyes y regulaciones de negocios
Tecnologías de la información y comunicaciones
Negocios y entorno organizacional
Economía
Estrategia y administración de negocios
Falta coherencia e integración entre el código de ética para contadores profesionales de IESBA y los IES emitidos por IAESB.
La propuesta de Loreal Jiles lleva a que se reconozcan diferentes profesiones de contadores y por, consiguiente, se definan diferentes programas de formación. Mientras esto no se logre, seguiremos en las mismas.
Estas cosas no se van a conseguir por la vía de la reglamentación legal (¡se cae en la trampa de la necesidad y lo obligatorio!) sino mediante la diferenciación en la formación y el ejercicio profesional (¡para que los clientes perciban el valor que se les entrega!).
Otros lineamientos internacionales
Por fortuna se dispone de otros lineamientos internacionales para la educación, que vale la pena sean analizados e implementados para la formación de los profesionales en contaduría.
El Foro Económico Mundial [World Economic Forum] ha estado liderando una iniciativa que ha denominado Education 4.0 que está centrada en la educación de la niñez, pero que también orienta esfuerzos importantes relacionados con las habilidades que necesitarán los estudiantes para los trabajos del futuro.
Educación 4.0:
Re imagina la educación como una experiencia incluyente a lo largo de toda la vida que hace recaer en el alumno la responsabilidad del desarrollo de sus capacidades, mientras que los profesores y mentores actúan como facilitadores.
Para crear el entorno necesario para fomentar la Educación 4.0, hay que actualizar los sistemas educativos existentes e invertir en ellos.
La solución de problemas, la colaboración y la adaptabilidad son las tres habilidades fundamentales que la Educación 4.0 debe impartir a los estudiantes.
Para la formación profesional de los contadores interesa particularmente tres esfuerzos relacionados de esta iniciativa:
(1) The Reskilling Revolution. Una iniciativa, lanzada en 2020, que busca transformar la educación, las habilidades y el aprendizaje para preparar (para el 20230) 1 billón de personas para la economía y la sociedad del mañana.
(2) World Economic Forum’s Skills Taxonomy. Elaborada con base en los movimientos históricos de la sicología, define competencias como los “conocimientos, habilidades, actitudes y capacidades”. Esta es una definición clave para avanzar porque elimina cantidad de discusiones sin fin.
(3) Education 4.0 Learning Taxonomy. Es una herramienta interactiva. Las alternativas de educación las clasifica en: (1) Emprendimiento; (2) Educación financiera; (3) Liderazgo y movilización de otros; (4) Servicio y atención; y (5) Uso y creación de tecnología. En el caso concreto de contaduría, la decisión estratégica clave es escoger cuál de esas alternativas es la que le es propia y no cometer el error de que el programa de formación tenga que cubrir las cinco. De acuerdo con mi entender, la que es propia para la profesión de los contadores es la educación financiera. Usando esta herramienta interactiva, se encuentran definidas (¡No hay que descubrir que el agua moja!) las: (a) Destrezas y habilidades: Cognitivas (analíticas), Sociales (interpersonales) y Físicas; (b) Actitudes y valores: Autorregulatorios (Intra personales) y Sociales (Extra personales); y (c) Conocimiento e información: Conocimiento disciplinar.
Me gustó que Davos 2023 recordó e hizo énfasis en las habilidades que necesitarán los estudiantes para los trabajos del futuro:
Solución de problemas;
Colaboración; y
Adaptabilidad.
Utilizar estas herramientas ayuda a tener un fundamento común y permite, dentro de éste, generar las diferencias competitivas que permitirán tener éxito en los distintos mercados. Ojalá los IES fueran revisados alrededor de estas propuestas, en coherencia con el código de ética de IESBA.
Una amenaza que ya no es latente
Con una velocidad que está superando todas las innovaciones tecnológicas anteriores ha surgido ChatGPT.
Wikipedia lo define como:
ChatGPT es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado en 2022 por OpenAI que se especializa en el diálogo. El chatbot es un gran modelo de lenguaje ajustado con técnicas de aprendizaje tanto supervisadas como de refuerzo. Se basa en el modelo GPT-3.5 de OpenAI, una versión mejorada de GPT-3
OPEN AI lo define así:
Hemos entrenado un modelo denominado ChatGPT que interactúa de una manera conversacional. El formato de diálogo hace posible que ChatGPT responda preguntas de seguimiento, admita sus errores, desafíe premisas incorrectas, y rechace solicitudes inadecuadas. ChatGPT es un modelo hermano de InstructGPT, que está entrenado para seguir instrucciones en un aviso y proporcionar una respuesta detallada. [Traducción de SAMantilla]
Desde la perspectiva de la educación las alarmas se han encendido dada la facilidad con que se puede obtener y usar por parte de los estudiantes para elaborar sus tareas y responder las preguntas en sus exámenes. Sorprende que, de parte de los profesores, no perciban todavía cómo usarla para enseñar. Ciertamente un desafío. Algunas instituciones universitarias están evaluando prohibirlas (sobre todo para tareas y exámenes) y otras cómo utilizarlas.
Mientras estas cosas son asimiladas por los programas de contaduría, vale la pena resaltar que estas cosas van en serio, pero sus consecuencias están generando preocupación. The Free Press hace una síntesis que abre amplios interrogantes:
Los rápidos avances en la tecnología de la Inteligencia Artificial significan que los computadores ahora pueden escribir historias, crear arte, componer música e incluso pasar el listón. Y si bien esto ha llevado a muchos medios a preocuparse por el fin de la humanidad, existe una amenaza aún más inmediata: el surgimiento de la Inteligencia Artificial falsa, que puede proyectar la imagen de cualquier persona en un video híper realista sin su conocimiento o permiso. Incluso puede convertir a una persona en una estrella porno involuntaria. [Traducción de SAMantilla]
De acuerdo con mi entender, las posibilidades no tienen límites. Se hace necesario que, personal y colectivamente (como profesión) seamos capaces de encontrar el camino correcto que permita agregar valor sin ser absorbidos por la jungla híper real de normas y más normas. Por una contaduría que sea valorada (porque agrega valor) y no necesaria (porque es obligatoria).
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