¡Trump puede acabar con los IFRS este año!
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Por John Hughes – ¡Trump puede acabar con los IFRS este año!
Documento original: Trump may kill off IFRS this year!
¿Conseguí llamar su atención con esto? Por supuesto se trata de una exageración – incluso si gana las elecciones este año, no tomaría posesión hasta el próximo año, y su carácter asesino no florecerá tan rápido. Pero mantengo lo sustancial: en una segunda era de Trump, la filosofía y la promesa de los IFRS, y de muchas otras cosas, estarán en peligro de muerte. En realidad, cuando me dispuse a escribir este artículo, inicialmente olvidé algo muy similar que escribí en el año 2020, en vísperas de las últimas elecciones:
… si Trump gana el martes, ésta puede ser la última (entrada del blog). Dado que no hay cómo mantener un blog sobre los IFRS, si los IFRS mueren. Oh, por supuesto, la muerte de los IFRS, al igual que muchas otras cosas, no serían inmediatamente evidentes; probablemente no por décadas. Pero si Trump gana, no solo será una abyecta rendición masiva ante un cortoplacismo ciego y feo, un rechazo de la ciencia y del gobierno, así como de la racionalidad misma, adicionado por el malfuncionamiento de la democracia y de la mendacidad generalizada, y después de cuatro años más de ello, no considero que habrá manera de retornar, ni una manera de contener el veneno de Trump dentro de las fronteras salpicadas de ignorancia de los Estados Unidos. A medida que el veneno y sus consecuencias se difundan, cualquier concepto de toma de decisiones de largo plazo informada – será crecientemente inútil – el único juego que queda, mientras se hacen realidad las proyecciones más sombrías de David Attenborough, será apoderarse de cualquier parte del menguante botín que se pueda conseguir, y para ello difícilmente será necesaria la presentación sofisticada de reportes financieros. Así que los IFRS estarán condenados al fracaso, y quienes de nosotros continuemos ganándonos la vida con ellos durante sus últimos días bien podríamos ser zombis, dando bandazos a través de un panorama degradado…
Luego de ello empecé a hablar de películas, supongo que solo por escapismo, y entonces Trump perdió, y se acabó, y ahora, de manera inimaginable, está ocurriendo de nuevo. Permítame decir que repito y mantengo cada palabra que escribí anteriormente (a pesar de lo florido). En una segunda era de Trump, incluso los aspectos más básicos de la ley y de la práctica estarán sujetos a reevaluación; él ha reflexionado acerca de poner fin a la Constitución, prometiendo ser un dictador al menos por un día; despotrica acerca de ser un instrumento de retribución y venganza. Su aspiración central parece ser encarnar la ira pura; usted nunca le escuchará decir algo significativo, progresista o esperanzador. Una de las mayores tragedias triumpianas (si uno fuera a hacer un intento inútil de clasificarlas) es su absoluta falta de afinidad por la belleza, su incapacidad de sentir deleite ante algo delicado o natural o verdaderos (una de las pocas películas que ha elogiado es Bloodsport). Esta es una enfermedad profunda: alguien que solo percibe la fealdad y brutalidad del mundo solo conseguirá aumentarlas. Puede que no podamos apresurarlos a llamar exactamente “hermosos” a los IFRS, pero tienen sus deseos en un deseo por mayor armonía, significado, ilustración; es una aseveración de posibilidad y fe.
Pero Trum ingiere y crece a partir del odio mientras el resto de nosotros deseamos agua. En 1989 sacó un anuncio a favor de la pena de muerte y centrado en los llamados Central Park Five [Cinco de Central Park] (todos los cuales después fueron, por supuesto, exonerados). Dirigiéndose al entonces Alcalde de Nueva York, escribió: “”El Alcalde Koch ha declarado que el odio y el rencor deben ser eliminados de nuestros corazones. Yo no pienso así. Quiero odiar a esos atracadores y asesinos. Ellos deben ser forzados a sufrir y, cuando maten, se les debe ejecutar por sus crímenes… Sí, alcalde Koch, yo quiero odiar a esos asesinos y siempre lo haré. No estoy buscando sicoanalizarlos y entenderlos, busco castigarlos”. La emblemática línea triumpana: Quiero odiar. Una lista incompleta de cosas que Trump odia y que debidamente hará sufrir incluyen Ucrania; diversidad, equidad e inclusión en todas sus formas; estándares educativos; salud pública; apoyo al bienestar; política racional de inmigración; salud reproductiva de las mujeres y autodeterminación más generalmente; cualquier concepto de intervención extranjera privilegiada; medios de comunicación independientes, y similares. En términos de presentación de reportes corporativos, la amenaza al trabajo de la ISSB es aún más obvia que la de para IASB: una de las principales prioridades de Trump será hacer retroceder las regulaciones y metas ambientales y liberar las perforaciones y el saqueo; el impulso hacia la inversión sostenible, que ya está vacilante, se revertirá rotundamente. Canadá, con su fragmentado entorno regulatorio y experimentando su propia deriva hacia la derecha, es solo una jurisdicción que muy posiblemente permitirá que su propia revelación y otras iniciativas se debiliten en aras de consideraciones “competitivas”…
Cuando digo que este puede ser el año en que Trump acabe con los IFRS, lo que verdaderamente estoy diciendo es que puede ser el año en que todos muramos un poco. Lo admitiré, si bien no soy estadounidense ni particularmente de naturaleza mística, personalmente siento complicidad de esta atrocidad, preocupado porque puede haber habido algo que pudiéramos haber hecho mejor. Al menos podemos esperar que cada pequeña expresión de resistencia signifique algo, como una contribución a un entorno electoral y cultural en el cual Estados Unidos se aleje del abismo. Tal y como he dicho antes, considero que la Fundación IFRS debe hablar en contra de Trump; al igual que los presidentes, los miembros individuales de la junta (especialmente los estadounidenses), las firmas de contabilidad, los reguladores: es el momento de dejar a un lado las nociones normales de permanecer fuera de la política, de no alienar constituyentes potenciales, de permanecer aparentemente objetivos e imparciales, de darse cuenta de que este es un momento definitorio y fundacional, que permanecer en silencio es una capitulación, una forma de suicidio multifacético…
Las opiniones expresadas son solamente las del autor.
Esta traducción no ha sido revisada ni aprobada por el autor.