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Por John Hughes – ¡La contabilidad es el lenguaje de los negocios! (o, alternativamente, ¡no lo es!)
Documento original: Accounting is the language of business! (or, alternatively, no it isn’t!)
Juguemos otra ronda de “Grandes clichés de los IFRS” -
Las finanzas y la contabilidad no son temas atractivos. Pero como es el lenguaje de los negocios, usted tiene que aprender a hablarlo.
Bien, probablemente eso es suficiente. La familiar frase “lenguaje de los negocios” a menudo es atribuida a Warren Buffet; un reciente artículo publicado en LintedIn por Accent Financial Services lo citó en ese sentido y luego amplió: “En negocios, hay tres “lenguajes” principales” - #contabilidad, #finanzas, y #economía. Con el fin de apoyar la toma de decisiones bajo incertidumbre, los lenguajes de contabilidad (información histórica), finanzas (información prospectiva), y economía (fuerzas externas) ayudan a que los administradores tomen mejores decisiones”. Yo no estoy seguro de lo que el boletín tenía la intención de lograr, pero, de cualquier modo, una refutación me llevó a un interesante blog que antes no había encontrado, “Accounting Miscellany,” escrito por Peter Clark. Aquí hay algunos extractos tomados de esa particular publicación, “Accounting is Not a Language” [Contabilidad no es un lenguaje].
Se ha vuelto un cliché decir que la contabilidad es el lenguaje de los negocios. Esa metáfora es útil porque enfatiza que la contabilidad transmite información vital acerca de los negocios. Pero la metáfora puede ser inútil porque, si bien la contabilidad es un sistema que transmite información, la contabilidad carece de las principales características de los verdaderos lenguajes humanos.
A diferencia del lenguaje humano, el vocabulario de la contabilidad contiene solo sustantivos (nombres). No tiene palabras propias para, por ejemplo, verbos, adjetivos, adverbios, proposiciones, conjunciones o interjecciones – si bien ocasionalmente algunos sustantivos del vocabulario de la contabilidad incluyen componentes tomados del vocabulario de un lenguaje humano…
El verdadero lenguaje humano tiene sintaxis que ensambla las palabras en frases, cláusulas y oraciones. La sintaxis es, presumiblemente, lo que distingue al lenguaje humano de todas las otras formas de comunicación.
La contabilidad no implica sintaxis…
… la contabilidad no puede ser usada para las muchas otras funciones servidas por el lenguaje humano, tal como elaborar un rango más amplio de declaraciones, hacer preguntas, explícitamente negar declaraciones, emitir direcciones, expresar sentimientos, crear ficción, hacer bromas y jugar juegos.
Se sigue en la conclusión que “Cuando las compañías necesitan transmitir información que va más allá de la información limitada (pero importante) que la contabilidad puede transmitir, necesitan usar un verdadero lenguaje humano, por ejemplo, mediante dar explicación adicional en las notas o en el comentario de la administración”. De manera que ahí lo tiene, caso cerrado, sin discusión. Pero ello no necesariamente demuestra la premisa inicial, de por qué la metáfora con lenguaje es inútil. Quiero decir, no es que etiquetar de manera descuidada a la contabilidad como un lenguaje podría llevar a que sea aplicada mal en algún aspecto clave. Incluso si la descripción que hace Buffet de la contabilidad como el lenguaje de los negocios no fuera incorrecta, esencialmente carecería de sentido – nadie podría tener una conversación (literal o metafóricamente) relacionada con los negocios solamente a través de la contabilidad. Entonces, ¿por qué gastar un momento defendiendo, o al menos excusando, esa caracterización?
Bien, puede ser solo en nombre del boosterismo. En recientes artículos hemos mirado los problemas actuales de reclutamiento y motivación de la profesión, y antes he dicho que algunas veces pienso que el mismo término “contabilidad”, con sus connotaciones desactualizadas, se ha convertido en una carga, y debe ser reemplazado por “especialista en presentación de reportes de la empresa”, o algo parecido. Las descripciones de la contabilidad como el lenguaje de los negocios quizás están basadas en una similar línea de pensamiento, para transmitir (sin embargo, de manera imprecisa) que la contabilidad no es solamente una disciplina estrecha, orientada-computacionalmente, sino una disciplina amplia, de múltiples facetas, inherentemente entrelazada con estrategia y administración del riesgo y todas las demás cosas interesantes (que incluyen el trabajo de la ISSB, recientemente referido por su Chair Emmanuel Faber como “sostenibilidad traducida a un lenguaje de contabilidad”). Podemos esperar que las pocas ocasiones en que la metáfora con el lenguaje pueda ser ligeramente inútil para desviar a las gentes momentáneamente sean superadas por aquellas en las que podrían llevar a que las personas piensen un poco más en una función que, de otro modo, asumirían que simplemente deben dejarse en manos de los frikis.
Dicho todo esto, el antes mencionado Peter Clark ha pensado en estos temas mucho más que yo, y desde abril 2021 incluso ha mantenido otro blog sobre “todas las cosas acerca del lenguaje”, Language Miscellany. Esta es una buena fuente de información que usted nunca se dio cuenta que necesitaba saber, tal como un estudio sobre los sonidos que componen más comúnmente las malas palabras, u otro sobre cuántos sustantivos hay en finlandés. Son 12.000 o menos, solo 29 de los cuales son monosilábicos. Sin embargo, ¡tienen doce términos diferentes para “relación de cobertura”! (En realidad, esto último lo inventé yo…)
Las opiniones expresadas son solamente las del autor.
Esta traducción no ha sido revisada ni aprobada por el autor.
Cordial Saludo Dr. Mantilla
Como de costumbre este blog es provocador. Creo que con la proyección de la profesión que usted siempre ha pregonado con mayor razón, la metáfora de la contabilidad como lenguaje de los negocios cobra mayor relevancia. La contabilidad no solo puede ser entendida como la expresión a través de nombres, que por cierto No se corresponde con la manera en que la contabilidad se expresa. Solo basta con citar la denominación de una cuenta como "cuentas por pagar" no puede ser entendido como un nombre, justamente es una construcción que incorpora nombre + preposición + verbo, es decir, requiere de una gramática y sintaxis, y si se comprende que es una declaración de una persona jurídica, se identifica un sujeto y por no ahondar en la intencionalidad característica y pilar de la filosofía del lenguaje desde el denominado giro pragmático del lenguaje que desde hace más de 60 años con Wittgenstein. No sé que tipo de formación tenga el citado autor Peter Clark, pero en primer lugar siempre se ha entendido como una metáfora y no como una denominación descriptiva de un lenguaje especial, por lo que no sería muy preciso hacer la lista de chequeo de si cumple o no las características de un lenguaje en sentido estricto. Probablemente la la negativa a la metáfora está imprecisamente fundada porque aún, desde lo lingüístico puede ser entendido como un lenguaje especial basado en el lenguaje natural y sería correcto denominarlo así, lo mismo que puede ser decir de manera correcta el lenguaje de la ciencia o el lenguaje de las humanidades. Este tema es de mi entera pasión por lo que he escrito un par de artículos al respecto https://doi.org/10.21830/19006586.326 y hay un excelente articulo de Robert J. Bloomfield Accounting as the Language of Business en el journal Accounting Horizons de la AAA en el Volumen 22 No. 4 de 2008, en el que con justicia caracteriza a la contabilidad desde la perspectiva de la filosofía del lenguaje del filosofo británico Paul Grice.